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Historia

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BREVE RESEÑA HISTÓRICA ESCUELA

El Ecuador atravesaba una etapa política muy especial para 1938 en que se funda la Escuela Católica Ulpiano Pérez Quiñones. En el país se respiraba una atmósfera que presagiaba acontecimientos próximos a estallar. El presidente Federico Páez había sido derrocado por el general Alberto Enríquez Gallo, quien realizó algunas reformas y creó instituciones válidas para el país. Convocó a una asamblea Constituyente y entregó el Poder al doctor Manuel María Borrero, quien se mantuvo en el Palacio de Carondelet por pocos meses; a su renuncia ascendió corno presidente Interino el doctor Aurelio Mosquera Narváez, mandatario que no demoró en disolver la Asamblea que lo había nombrado, encarcelando a los miembros del Parlamento y persiguiendo a sus enemigos políticos. Clausuró la universidad Central e instauró un régimen de represión que interpretó la Constitución a su antojo para favorecer intereses políticos y económicos. En el país se continuó viviendo un ambiente de zozobra y descontrol.

Ese era el esquema escolar que presentaba Otavalo en cuanto a la educación primaria, y aunque la demografía escolar estaba atendida, centenares de hogares preferían educar a sus hijos en una escuela católica que siguiera los lineamientos que la Iglesia establecía para la educación de los niños.

Esta inquietud ya se había hecho patente desde 1930 en la buena voluntad de un maestro carpintero llamado José Antonio Jaramillo, hombre de profundas convicciones religiosas que reunía en su taller de la calle morales a cuanto chiquillo estaba en edad de aprender Catecismo, preparándolos para la primera Comunión. Este esfuerzo inicial se fue complementando con nociones de conocimientos generales, los que debido a la preparación del maestro no debieron ser muy amplios ni profundos, se limitaba a enseñarles gratis a leer, escribir y algo de cuentas, mientras serruchaba una tabla o encolaba un mueble; pero su amor a una niñez que consideraba desprotegida de orientación religiosa lo hizo perseverar en tan noble misión.

Esta es la primera semilla que germinó en la conciencia de los padres de familia que anhelaban para sus hijos una educación religiosa. Hasta que, acogiendo el sentir, el Padre Nabor Rosero Párroco de San Luis de Otavalo, gestionó la creación de una escuela, que por disposición de Monseñor César Antonio Mosquera, Obispo de la Diócesis de Ibarra, se crea el 01 de noviembre de 1938, con el nombre de Mons. «Ulpiano Pérez Quiñones», nombre que lleva el honor de un insigne Prelado que engrandeció a la Iglesia ecuatoriana particularmente a la provincia de Imbabura, ya que estuvo relacionado afectivamente con Otavalo, trabajó arduamente por la educación de los niños.

La Curia encargo el naciente plantel a la dirección del Padre José Rafael Martillo, sacerdote que con una sencilla ceremonia inauguro el año escolar que comenzaba con un mes de atraso frente al ciclo oficial. Para los padres de familia que habían soñado para que esto se hiciera realidad constituyó un triunfo, pero fue solamente eso, luego vendrían los difíciles momentos por los que la Escuela tuvo que atravesar por muchos años.

La Escuela Católica Particular «Mons. Ulpiano Pérez Quiñones» empieza funcionando con seis grados de primaria de varones. A partir del 2005 la escuela se hace mixta; crece el alumnado y los grados se dividen en paralelos. Desde el 28 de julio de 1993 se crea el jardín de infantes con el mismo nombre.

En el presente cuenta con Educación Inicial 1 y 2, educación inicia, educación general básica y bachillerato. Por su identidad de ser particular y religiosa forma parte de la Federación de Establecimientos Católicos de Imbabura (FEDEC-I), sus niños y jóvenes estudiantes están debidamente preparados con una mística de amor y entrega que han redundado en un merecido prestigio institucional, buscado por la sociedad otavaleña.

BREVE RESEÑA HISTÓRICA COLEGIO

Monseñor Juan Larrea Holguín. Obispo de Ibarra, solicitó al Padre Vicente Román Gavilanes Andrade, Vicario Foráneo de Otavalo, fundar un Colegio Católico, para ofrecer un servicio de formación académica fortalecida con valores humanos y cristianos a los adolescentes varones de la cuidad.

En el mes de septiembre de 1981, se matriculan 30 estudiantes para primer curso y el primer lunes de octubre se inauguran las clases con la colaboración de nueve maestros y una maestra, designando con Rector al Lic. Luis Gerardo Vargas González.

El Padre Vicente Román Gavilanes Andrade, con el respaldo de Monseñor Juan Larrea Holguín y el entusiasmo de los padres y madres de familia, denomina a la nueva institución como Colegio Particular «San Luis» por cuan nace en la parroquia San Luis y adopta como patrono a San Luis Obispo de Tolosa y por ser el patrono de la ciudad de Otavalo.

Las clases funcionaron por el lapso de cuatro años en el edificio de la Escuela Católica «Ulpiano Pérez Quiñones», en el centro de la cuidad. Luego se acondicionan dos aulas para los estudiantes reciban clases de mecanografía y electrónica en la casa parroquial de San Luis y posteriormente se emprende la construcción de aulas espaciosas y pedagógicas en el terreno entregado por el Sr. Obispo, Monseñor Juan Larrea Holguín, la ayuda generosa de la Iglesia Alemana de la Arquidiócesis de Munich, del Lic. Luis Mejía Montesdeoca, Prefecto de Imbabura el Sr. Vicente Larrea, Presidente de las Unidades Ejecutoras, DINADER con la invalorable gestión del señor Ruperto Andrade, el Sr. Ángel Escobar, Presidente del Municipio de Otavalo y otros ilustres benefactores arrimaron el hombro en beneficio de la juventud otavaleña.

Al iniciar el quinto año escolar, los estudiantes se trasladan a su propia casa y las autoridades consiguen implementar laboratorios de Física, Química, Computación y Ciencias Naturales. La construcción se concluye en el año 2003, con un edificio de tres plantas y un salón de actos. En el año lectivo 2003 – 2004 el Sr. Obispo, Mons. Antonio Arregui, encarga el rectorado al Dr. Edison Marcelo Jaramillo Cisneros, en julio del 2004, Mons. Julio Terán Dutari designa Rectora del Colegio Particular «San Luis» a la MSc. Mariana Bravo Vásquez, a partir del periodo escolar 2004-2005. En el ario lectivo 2013-2014 se procede a realizar los respectivos trámites en el Distrito Educativo 10D02 para la fusión de estas dos instituciones educativas. A partir del año lectivo 2014-2015 se crea la nueva Unidad Educativa denominada Monseñor Ulpiano Pérez Quiñones», con Resolución N» 73 DP-CEZ-1-2014, de fecha 2014-0414.

EL POR QUÉ DE NUESTRO NOMBRE

Los orígenes del cantón San Luis de Otavalo se remontan hacia varios miles de años cuando grupos de personas migraban desde el norte del país y en el trayecto decidieron asentarse en las comunidades de Huaycopungo, Tocagón y Caluquí, así como en los alrededores de la Laguna San Pablo, en donde se desarrollaron importantes conocimientos relacionados a la gastronomía, agricultura, medicina y otras áreas importantes de la ciencias lo que permitió formar una propia cosmovisión, que es lo que caracteriza desde los inicios a este pueblo importante del Ecuador. Es aquí donde se forman importantes instituciones que a través de los años han educado a miles de personas que han aportado con sus conocimientos

La institución denominada UNIDAD EDUCATIVA DIOCESANA SAN LUIS que esta regentada por la Red Educativa Diocesana, toma el nombre relacionado al de la parroquia a la cual esta pertenece y que es importante dentro del cantón y muy conocida por los otavaleños, uno de los objetivos importantes es que deseamos rescatar el espíritu de la escuela católica y recobrar el prestigio del antiguo colegio San Luis el cual hace varios años atrás funcionaba.

BIOGRAFÍA DEL SANTO PATRONO: SAN LUIS DE TOLOSA

San Luis de Tolosa nació en febrero del año 1274 en el castillo de Nocera de’ Pagani (cerca de Nápoles), desde joven mostró una piedad muy sólida, gran respeto a todos y despreocupación por las cuestiones políticas. Sin embargo, desde pequeño tuvo que presenciar luchas entre su familia y los reyes de Aragón, su padre fue hecho prisionero en Nápoles, pero en el 1288, el Rey Alfonso III de Aragón consintió en dejar libre a su padre a cambio de que él y sus hermanos quedarán como rehenes, así permaneció siete años. El aguantó esta larga prisión en Barcelona (Cataluña) con una paciencia admirable pues estaba acostumbrado desde pequeño a sufrir, de manera voluntaria en determinadas privaciones. Durante su tiempo que estuvo en Cataluña mantuvo contacto con los Franciscanos, estos frailes le imprimieron la espiritualidad de San Francisco de Asís: el significado del amor, el sentido de la cruz, la pobreza y la alegría franciscana. Con ellos se acostumbró a rezar diariamente el oficio divino, a la misa diaria ya visitar a los enfermos de la dudad cuando le daban permiso. Este contacto con los franciscanos influyo en su futuro y así, cuando quedo libre, desoyendo los deseos de su padre que quería casarlo con doña Violarte de Aragón, decidió hacerse fraile franciscano.

El Papa San Celestino V permitió que aquel mismo año en el 1294 recibiera la tonsura y las cuatro órdenes menores, en octubre, sin ser aun sacerdote le confirió la administración de la diócesis de Lyon, sin embargo, no llegó a ejercerla debido a que el siguiente Papa Bonifacio VII anuló esta disposición de su predecesor, sin embargo, más tarde lo nombró Obispo de Tolosa en diciembre del año 1296, pero propuso que no aceptaría dicho cargo si no se le permitía antes profesar como Fraile Franciscano, así fue y una vez que profesó, fue descalzo por las calles de Roma desde el convento hasta la Basílica de San Pedro, donde predicó y fue consagrado como Obispo el Día 30 de diciembre de 1294.

En el mes de mayo del siguiente año fue a Tolosa, donde su estancia fue corta; se preocupó de reformar al clero, predicaba diariamente en público, curaba las enfermedades de quienes acudían a él ya que tenía el don de hacer milagros y llevaba una vida muy austera.

De vuelta a su Diócesis y queriendo antes pasar por Roma para asistir a la canonización de su pariente San Luis IX rey de Francia, en el mes de agosto, cuando estaba en Provezna, cayo gravemente enfermo y murió el 19 de agosto de 1298. Fue canonizado el 07 de abril de 1317 por el Papa Juan XXII.